Trabajé en el sector de abastecimiento de una empresa de jubilaciones durante dos años y medio. Allí realicé estas fotografías.
Naturalezas de escritorio alude al género pictórico de la naturaleza muerta. Utilicé este género como metáfora de nuestra condición, para referirme a lo que parece ser nuestra naturaleza en el trabajo de oficina.

Este proyecto surgió al notar que en estos ambientes de oficina la iluminación, los materiales, la administración del espacio, los colores e inclusive las plantas tienen una función bien definida: promover una supuesta mayor eficiencia en los empleados. Sin embargo, el caso de las plantas es distinto, ya que actúan como factor atenuante. Son el único elemento vivo destinado a paliar lo opresivo del ambiente, aunque al final, éste las modele y termine incorporándolas. De esta forma, las plantas terminan incrementando la sensación de agobio y opresión que venían a atenuar con su verde y su vitalidad. Venían a encubrir y terminan delatando.

Mientras trabajaba estas fotografías me recordaban lo que no quería para mi vida. Me empujaban a cuestionarme qué era lo que quería hacer, cómo quería usar mi tiempo, a la manera de un memento mori. Hacerlas le dio un sentido distinto a mi trabajo y funcionó como defensa frente a un medio con el que no me identificaba y necesitaba diferenciarme.